Bernardo Torres/API
Chilpancingo, Guerrero.-La muerte de Abel Montúfar Mendoza, candidato del PRI a diputado local por el distrito XVII, no quedará en la impunidad, advirtieron sus hermanos al darle el último adiós en el Panteón Central de Chilpancingo, capital del estado, la tarde de este jueves.
“Se empieza a escribir una historia, que no estaba en nuestras mentes, que no habíamos pensado, Dios así lo quiso, se ha perdido una batalla, ha perdido la vida mi hermano, pero él no está solo, esto que le hicieron no quedara impune, tenemos confianza en las instituciones federales y estatales, pedimos que se aplique la ley”, expuso Erit Montúfar, previo a su sepultura.
Y no sólo en este caso, sino, dijo, hay muchos casos que faltan por esclarecerse, por los cuales también pidió que se castigue a quienes lo merecen, “La Tierra Caliente es una tierra de progreso, de hombres que trabajamos, que nos preparamos para buscar el desarrollo de nuestro estado”.
Acusó que hay quienes sólo andan buscando beneficios personales a costa de lo que sea, que pretenden llegar al poder a través de actos como este, que no se han preparado para servir y que su ambición de poder los ha llevado a cometer este tipo de acciones.
Abel Montúfar, uno de seis hermanos, fue asesinado el martes pasado, tras cinco horas de haber sido privado de su libertad en el municipio de Coyuca de Catalán, su cuerpo fue hallado en el asiento trasero de su camioneta, abandonada en el boulevard que conecta el municipio con Ciudad Altamirano.
Al no darse las condiciones de seguridad para su funeral en Coyuca, el cuerpo fue trasladado a Chilpancingo, y lo velaron en el domicilio de sus padres, en la colonia “Guerrero 200”, hasta donde acudieron decenas de políticos y funcionarios, entre ellos el gobernador, Héctor Astudillo Flores, y su esposa, Mercedes Calvo.
Pasado el mediodía de este jueves, el cuerpo dentro de un ataúd de madera, dejó el domicilio de sus padres, dos personas de avanzada edad que lo vieron abandonar su casa para siempre, para sólo hacer una parada en la Iglesia de San Francisco, antes de trasladarse al Panteón Central.
A la misa de cuerpo presente que se llevó a cabo dentro de dicho templo religioso, acudieron representantes de la política estatal, entre ellos, el dirigentes del PRI en Guerrero, Heriberto Huicochea Vásquez, el candidato al senado, Manuel Añorve Baños, y otros candidatos.
El cuerpo partió de la Iglesia alrededor de las 14:00 horas, para encaminarse al Panteón, donde finalmente sería sepultado.
El cortejo fue encabezado por los hermanos, Erit, delegado Federal de Gobernación; Saúl, delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y Bonifacio, director de la Policía Auxiliar del Estado, quienes mantuvieron el temple durante toda la ceremonia luctuosa.
El ataúd arribó al panteón y de inmediato fue depositado en el sepulcro; Bonifacio, visiblemente conmovido por el momento, se desprendió se su sombrero, típico de la Región Tierra Caliente, se lo llevó al pecho, y lo depositó junto al féretro, a la vez que se colocaba una gorra con la propaganda de su hermano Abel.
Erit y Saúl, tomaron un puño de tierra y lo lanzaron al fondo del pozo, en señal de que podían empezar a cubrir la tumba.
Mientras un trío entonaba la clásica en un funeral “Nadie es eterno en el mundo”, una loza de cemento empezó a cubrir el ataúd en medio de un incontenible llanto de las hijas de Abel Montúfar y otros familiares.
Finalmente, Erit tomó la palabra, y a la vez que agradeció el acompañamiento a los presentes, señaló que “Somos más los que queremos el bien para nuestro estado, somos más los que queremos el progreso, no nos dejaremos amedrentar por cobardes que quieren vivir del trabajo que hemos realizado.
La dramática escena, fue concluida por una de sus hijas, quien exclamó para despedir a su padre “Te queremos mucho, algún día vamos a ser tan grandes como lo fuiste tú, aunque ya no estés para verlo”. (Agencia Periodística de Investigación)
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