*** Los “Ardillos” sometieron a los pobladores desde 2014; les impusieron una “policía comunitaria” que los vigilaban incluso fuera de la localidad
*** Alcaldes de Zitlala y Copalillo les negaron ayuda
Bernardo Torres/API
Chilpancingo, Gro. 08 de Noviembre del 2018.- Tras la amenaza velada “se van o los matamos”, la noche del sábado 03 de noviembre, 70 personas, entre hombres, mujeres, niños y adultos mayores, huyeron de la comunidad de Tlaltempanapa, municipio de Zitlala, Guerrero, caminando por cerros y barrancos.
Tlaltempanapa era en 2014 una comunidad de alrededor de mil 800 habitantes, cuando se posicionó el grupo criminal denominado “Los Ardillos”. Después de esto, las familias empezaron a huir poco a poco, hasta que llegó a quedar una población de menos de 200 personas.
Quienes se quedaron, fueron sometidos, obligados a sembrar amapola y marihuana, a defender los intereses de dicho grupo delincuencial e incluso conformaron una “policía comunitaria”, a la que se tenían que sujetar todas las actividades de la localidad; incluso eran vigilados al salir o entrar.
Tras cuatro años de acoso y hostigamiento, estas 70 personas decidieron entre seguir bajo este régimen delincuencial, o abandonar todo.
“Tienen cinco días para dejar la comunidad o los vamos a matar”; fue el mensaje que la tarde del sábado les hicieron llegar. Sin dudarlo, sin tomar ninguna pertenencia, documento o bienes materiales, emprendieron la huida. No tomaron carreteras pues la zona es celosamente vigilada por hombres armados.
Pidieron ayuda al Ayuntamiento de Zitlala y se los negaron; sin más opción se internaron en el cerro, sin comida, agua ni con que alumbrarse. Caminaron durante dos noches y dos días hasta llegar al municipio de Copalillo, ubicado del otro lado del Río Balsas en la Zona Norte de la entidad.
Ahí pidieron refugio y les permitieron permanecer una noche en las instalaciones del Ayuntamiento, pero al día siguiente les dijeron por instrucciones del alcalde, que no podían quedarse y tenía que moverse a otro lugar. Después sólo hallaron una galera en una cancha de basquetbol.
“Mi familia, somos dos niños, mi esposa y yo, nos venimos caminando desde Tlaltempanapa desde hace cinco días, salimos el lunes por la mañana desde el pueblo, nos venimos porque estamos atemorizados, nos amenazan, en el pueblo ya no hay gente, solo son unas quince personas las que viven”, contó uno de los desplazados.

Detalló cómo vivieron los últimos años, bajo el terror, tenían que trabajar para este grupo armado o sino, les cobraban una cuota de 500 pesos, esta situación los orilló a dejar todo, sus cultivos de maíz, frijol, garbanzo, casas, animales de carga y de granja, y con sólo la ropa que tenían puesta.
Víctor, el joven que nos contaba esta historia, nos dice que allá quedaron su papá, su tío y su hermano, detenidos; teme que vayan a matarlos, y pide al Gobierno del Estado, que encabeza, Héctor Astudillo Flores, que vayan a rescatarlos, pues ni el gobierno de Zitlala, ni Copalillo quieren intervenir.
El grupo armado es comandado por Francisco Javier Cuchillo, alias “El Espinozo”, y esto bien los saben las autoridades municipales y estatales, el pueblo ahora se quedó en manos de este grupo armado, ahí ya no hay maestros ni médicos, no hay transporte y nadie que se les oponga.
La situación, podría expandirse a otras localidades como, La Esperanza, Ayotzinapa, Huixcomulco, Tlapehualapa y Quetzalcoatlán, donde tiene presencia esta célula delincuencial, donde han estado desapareciendo personas y familias completas, sin que nadie los detenga.
Su futuro, es completamente incierto, no tienen a donde ir, estaban acostumbrados a trabajar la tierra, y ahora todo les han quitado, los gobiernos municipales no los apoyarán y sólo esperan que el Gobierno de Héctor Astudillo tome cartas en el asunto, pues regresar a su comunidad no es una opción. (Agencia Periodística de Investigación)