Saúl Castro internó a su hija de 11 años en un centro AA, donde fue violada y golpeada. Hoy, él es Presidente de la Asociación de Padres de Familia del Estado de Guerrero, Presidente de la Asociación “Valores por la Vida A.C.”, y encabeza la Comisión del Fortalecimiento para la Familia del reconocido y exclusivo “Grupo Chilpo”. 

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Texto de Flor Miranda | Imágenes tomadas de Facebook

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Mientras ofrece conferencias sobre valores, fortalecimiento familiar, y se codea con altos funcionarios, el conocido guerrerense Saúl Castro Hernández, miembro del “Grupo Chilpo”, omite su pasado y el daño que hizo a su propia hija, al internarla en un centro de Alcohólicos Anónimos (AA) cuando ella tenía tan solo 11 años de edad. 

En ese lugar, Karen Castro Yañez sufrió abuso sexual, fue humillada y golpeada, sin que hasta la fecha alguna autoridad haya hecho valer la justicia. 

Los abusos que cometió Saúl Castro, fueron revelados en el programa “Ultra Violeta” que se trasmite en Facebook a través de API Guerrero y otras plataformas más, donde la propia Karen señaló a su padre por ejercer violencia vicaria contra su ex esposa, dos hijas y un hijo.

Sin embargo, hasta fecha ha sido arropado por asociaciones civiles como “Grupo Chilpo”, donde preside la comisión de Fortalecimiento para la Familia; “Valores por la vida A.C” de la que es presidente, además de tener el mismo cargo en la Asociación de Padres de Familia de Escuelas de Nivel Básico en el Estado.

Karen Castro narró cómo fue una de las tantas víctima de violencia, y sobreviviente de las agresiones que durante años realizó un padre que hizo creer a sus hijas, que su madre las abandonó. 

“Tenía un poco mas de la edad de mi hija la última vez que dormí, que comí, que hice tarea junto a mi madre”, recordó.

En su niñez, lo que más escuchaba era: “Tu mamá te abandonó, tu mamá te quiso abortar, ni las perras abandonan a sus crías. Se escuchaban en mis oídos mientras el teléfono sonaba y no podía contestar”. 

“Cambié de escuela, nueva mamá, nuevos primos, nuevos abuelos, borrar, cortar, mutilar del alma a quienes se ama. ¿Qué más quedaba a mis 9 años que aceptar lo que papá decía? Sí, mamá me abandonó…”, se lamentó. 

Así, tras infidelidades, infecciones, golpes, prohibiciones y acoso, su madre a la que hoy se refiere como enorme mujer, decidió dejar su matrimonio. 

Aquella mujer, según cuenta su hija, confió en que podía divorciarse de él y compartir la crianza porque así se lo ofreció Saúl, confió en que el convenio que le pidió que firmara, era para tener a sus hijas e hijo, pero no fue así. Solo las la alejó de sus hijos bajo engaños. 

A sus 11 años de edad, Karen fue internada por su propio padre en un anexo para alcohólicos, alentado por su madrastra, en donde la “tablearon” salvajemente, y un joven de 18 años abusó sexualmente de ella.

Mientras tanto, su padre se subía a los podio para dar conferencias de valores por todo el Estado de Guerrero.

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¡Justicia! 

Hoy, Karen quiere justicia para su madre, para sus hermanos y para ella, por lo que decidió hacer público su testimonio, aunque por miedo a ser demandada por su padre, no dijo el nombre, sin embargo, mencionó los cargos que ostenta. 

La sobreviviente de violencia explicó que la violencia vicaria busca hacer daño a una mujer a través de sus hijas e hijos. 

Sucede en un contexto en donde se presentan otros tipos de violencia y generalmente cuando una mujer decide separarse de su agresor. Lamentó que la cifra de niños que la sufren, es muy elevada. 

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API Guerrero